En Colombia, la llegada de la temporada vacacional de mitad de año no solo activa el turismo y los planes familiares, también pone en alerta a las autoridades por el aumento de robos a viviendas deshabitadas. Según cifras de la Policía Nacional, entre junio y julio se incrementan significativamente los hurtos a residencias, sobre todo en ciudades intermedias donde las viviendas en conjuntos residenciales y algunos barrios se vacían por días enteros. La ausencia prolongada de los residentes, la previsibilidad de sus rutinas y la falta de sistemas de protección son factores que los delincuentes saben leer con precisión quirúrgica.
No se trata solo de estadísticas frías. En 2024 se reportaron más de 13.500 casos de hurto a viviendas en Colombia, muchos de ellos en sectores residenciales durante fines de semana largos o festivos. Las autoridades han advertido sobre nuevas modalidades como el uso de llaves maestras, el “bumping” (método de robo que consiste en golpear una llave modificada dentro del cilindro de la cerradura para alinear los pistones y abrirla sin dejar rastro de forzamiento.) y el “hilo invisible” (es un hilo casi imperceptible, en muchos casos de silicona, que se coloca entre el marco y la manija de la puerta, de manera que si la puerta se abre el hilo se rompe, lo que indica la presencia de habitantes), técnicas que permiten identificar casas deshabitadas o vulnerar cerraduras sin forzarlas.
Es en este contexto donde historias como la de una familia del barrio Los Guaduales, en la capital del Huila, cobran mayor relevancia.
Una historia para no repetir
Este junio, mientras muchos preparaban maletas y reservaban hoteles para unas merecidas vacaciones, esa familia neivana vivió una experiencia inquietante. Dejaron su casa sola por cinco días, confiados en que todo estaría en orden. Sin embargo, una notificación en su celular —enviada por una cámara con sensor de movimiento— los alertó desde Bogotá: había actividad sospechosa frente a una de las ventanas.
De inmediato, llamaron a un vecino, quien confirmó que la puerta estaba entreabierta. Los ladrones no lograron entrar, pero el susto fue suficiente. Lo que parecía “exceso de precaución” terminó siendo su mejor inversión. Esa cámara, más que un aparato, se convirtió en su salvavidas invisible.
Recomendaciones para salir sin preocupación
- Instala cámaras visibles y sensores: Tener alertas automáticas en el celular puede marcar la diferencia. No esperes a “la próxima vez”.
- Simula actividad dentro de la casa: Usa temporizadores para encender luces, mantén cortinas semiabiertas y una radio encendida.
- Coordina con alguien de confianza: Que recoja el correo, active luces o haga rondas diarias. Nada transmite más seguridad que la vigilancia comunitaria.
- Silencio digital: No publiques tus viajes en redes sociales. Si lo haces, hazlo después de haber regresado.
- Refuerza accesos vulnerables: Instala cerraduras antibumping, asegúrate de que todas las ventanas tengan seguro y revisa rejas o portones.
¿Y qué podemos aprender?
Esta historia real de Neiva no es la única. En ciudades como Medellín, Bucaramanga o Pereira, cada vez son más comunes los reportes de robos mientras las familias están de viaje. Pero así como los delincuentes afinan sus métodos, tú también puedes anticiparte con inteligencia. Prever, planear y proteger ya no es un lujo: ¡Es una decisión estratégica!.
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